La bicicleta es a menudo elogiada como medio de transporte por ser eficiente y no contaminante, pero ¿qué quiere decir esto exactamente? A continuación enumeramos tres ponderosas razones por las cuales la bici es la mejor opción hacia la creación de ciudades ambientalmente sostenibles:
1. Tienen energía incorporada
La cantidad de energía y la huella de carbono requeridas para producir una bicicleta es pequeña en comparación con muchas otras formas de transporte. Existen variaciones según el tipo de bicicleta y otros factores externos, pero incluso teniendo esto en cuenta, la bicicleta tiene un bajo consumo de energía incorporada. Además, la construcción de un carril para la circulación de ciclas utiliza menos energía que las carreteras para los automóviles, lo que requiere una menor cantidad de espacio y unas bases mínimas.
2. Calidad del aire
Si suficientes personas cambiaran su forma de transporte contaminante a una bicicleta –transporte con cero emisiones de carbono– existiría la posibilidad de reducir la contaminación y mejoraría notablemente la calidad del aire en nuestras ciudades.
Cada persona que pasa de conducir un coche a montar en bicicleta es responsable de la reducción de emisiones de carbono en su medio ambiente del mejoramiento de la calidad del aire en la ciudad.
3. Contaminación acústica
Contaminar es mucho más que emitir emisiones de carbono. Los niveles de ruido en las ciudades también se pueden considerar un contaminante, con riesgos asociados a la salud a largo plazo. De hecho, el ruido puede aumentar los niveles de hormonas del estrés como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina en el cuerpo, incluso durante el sueño.
Algunas ciudades destacan la contaminación acústica en sus agendas de sostenibilidad. Vancouver por ejemplo, con su “Plan de acción para llegar a ser la ciudad más verde del mundo en 2020″ imagina un futuro muy sostenible previendo ‘menos contaminación y un aire más limpio, menos ruido proveniente de las máquinas y más proveniente del canto de los pájaros “. Para esto, se sugiere el uso de la bicicleta como una forma clave de reducción de la contaminación acústica.
En conclusión, una ciudad que dependa de las bicicletas más que de otras formas de transporte automatizado requerirá de menos energía, emitirá menos carbono, y producirá menos ruido.
Fuente: thisbigcity.net/
Foto: Flickr by mobikefed
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